martes, 25 de noviembre de 2014

La Punta del Águila y los restos de Ordás. Recorrido otoñal por las sendas del hoy y del ayer.

Sobre el embalse de Árguis, en las estribaciones de la sierra de Guara y  acumulando antenas, se encuentra el Pico del Águila. Ascender a él conlleva un muy agradable paseo por estupenda vereda que discurre a la sombra de un bosque en el que, dependiendo de la altura, se atraviesan diversas fajas vegetales: pinos, bojes, carrascas y hayas. El sempiterno erizón aparece donde el árbol reduce brevemente su presencia.

Recorrido circular que inicio junto al pantano, al lado mismo de la carretera de Monrepós, siguiendo una senda bien indicada hacia el Pico del Águila (4.7km, reza el cartel).

Primeros metros hasta ajustar el trote para seguidamente dejarme llevar entre los colores del otoño.

El sendero es tendido y no demasiado exigente, la temperatura es fría y la humedad mucha; todavía no sobra el cortavientos.

El cuerpo se entona, la senda abandona momentáneamente el arbolado y la caliza hace su aparición. Carrasca, cadena, ¡atención!, y marcha otra vez recompuesta.

Los árboles me acogen de nuevo, el pico del Águila a la vista.

Entro en un hayedo esclarecido a punto de entregarse por completo al otoño.

La mayor parte de sus hojas se encuentran en el suelo, en forma de roja alfombra sobre la que las zancadas apenas se oyen y la carrera resulta mullida.

La mirada baja, atenta al sinuoso camino, se percata de las raíces que, en forma de escalones, lo cruza de lado a lado. Mejor no tropezar. La respiración continúa acompasada, los sentidos absorben el ambiente.

Mirada hacia atrás. Las pinceladas de color adornan lo ya recorrido.

Al fondo "Las Calmas", Baja y Alta, respectivamente.
Y así abandono el bosque y entronco con la carretera asfaltada que, por otro trazado, también llega hasta el Pico del Águila (1.619m) ¡Sobrado de antenas!

Unos minutos más y completo la hora alcanzando la vecina Punta del Águila (1.631m) que, a poca distancia y a diferencia de su vecino Pico, alberga una sola antena y un gran mojón cimero. Sopla el viento y vuelve a hacer frío. No estoy mucho rato en la cima, los restos de Ordás son mi siguiente objetivo.

Contemplando "la Corona de Árguis", con el Peiró tapado por las nubes, desde la cima de la Punta del Águila 
Vuelvo al entronque del sendero con la carretera y desciendo un corto tramo por donde he subido, hasta alcanzar, unos metros más abajo, un camino hacia la izquierda que abandona el principal, en dirección hacia la Hoya de Huesca. De nuevo una bonita senda a seguir.

Rumbo a Ordás
El itinerario es claro y descendente, la carrera es fácil y los paisajes se suceden. Bellos y silenciosos rincones que encandilan y cuyo atractivo hace difícil mantener una marcha sostenida. En cada cruce tomo el ramal de la derecha.


Salto de Roldán, con las Peñas de Amán (izq) y de San Miguel (dch y aplanado)
La Peña de Gratal "asomando"
Por fin, a la altura de los 1.100m, llego al enclave de Ordás. Lugar de ermita, castillo y pozo de hielo.

El pozo hay que buscarlo, y adentrarse entre los árboles por estrecha trocha hasta llegar a él. Su finalidad era almacenar la nieve y el hielo del invierno para su conservación y uso en los meses de verano. La nieve, transformada en hielo, era cortada en bloques y transportada por los arrieros en mulos o carros, comerciando con ella en la próxima ciudad de Huesca.

Del castillo queda una vieja torre defensiva sobre una proa rocosa, que se eleva unos 200 metros  por encima de la actual carretera que discurre junto al río Isuela.

La ermita ocupa un claro en la planicie. En cierta medida su reconstruida nave parece no encajar del todo en un entorno que rezuma ecos del pasado.

Dedico un rato a idas y venidas de un lugar a otro antes de reemprender la marcha decididamente hacia Árguis, recorriendo el farallón calizo.

Al poco llego a una borda de pastores, también levantada sobre el borde mismo del cortado,  desde cuyo emplazamiento lanzo la última mirada al castillo.


Desde el interior de la borda de pastores
Seguidamente comienzo a descender francamente hasta la carretera de Monrepós, entroncando con ella a unos 1.5km del lugar en el que he dejado el coche esta mañana.


En resumen, un recorrido ameno y cultural, cien por cien corredero todo él, de aproximadamente 15km, salvando un desnivel positivo de 700m de D+, muy adecuado para estirar las piernas y oxigenar los pulmones a la par que contemplar las últimas pinceladas del otoño. 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Galacho emboirado, sol tenue, cambio de color, otoñal melancolía.

El silencio interrogó:

 -- ¿Adónde vas?

Y no respondí.

La bruma seguidamente interpeló:

-- ¿Con quién estás?

Y los ojos se me anegaron.


El reseco terreno se interesó:

-- ¿Cómo estás?

Y en lugar de contestar, apreté los dientes y seguí.



Al cabo del rato la brisa inquirió:

-- ¿Tienes ánimo? ¿Cómo vas?

Y sin responder, miré hacia atrás y sonreí.

Ya no me volvieron a preguntar; a partir de ese momento, fluí.




Híceme por fin, con el entorno, uno más y así, sin pensar, anduve, vagué, remonté y volví a sentir.






El silencio interrogó:
 -- ¿Adónde vas?
Y no respondí.
La bruma seguidamente interpeló:
-- ¿Con quién estás?
Y los ojos se me anegaron.
El reseco terreno se interesó:
-- ¿Cómo estás?
Y en lugar de contestar, apreté los dientes y seguí.
Al cabo del rato la brisa inquirió:
-- ¿Tienes ánimo? ¿Cómo vas?
Y sin responder, miré hacia atrás y sonreí.
Ya no me volvieron a preguntar; a partir de ese momento, fluí.
Híceme por fin, con el entorno, uno más y así, sin pensar, anduve, vagué, remonté y volví a sentir.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Picos de Peiró, Peña Gratal y la Calma Alta, desde Árguis, enlazados en el mismo circuito.

Raya de las Tiñas; abajo, al fondo, el embalse de Árguis
El pico Peiró (1.586m) constituye una de las tres cimas principales que componen el itinerario de hoy, junto con la Peña de Gratal (1.567m) y la Calma Alta (1.581m) y que pretendo enlazar en un recorrido que tiene su origen y final en el embalse de Árguis.

Circuito exigente, pleno de sube y bajas, discurriendo en la primera y en la última parte por los frescos pinares de la cara Norte, donde un pequeño y recoleto bosque de hayas sorprende, continuando en altura por el reino del erizón (Echinospartum horridum)  que, no resistiendo la sombra, coloniza las soleadas zonas entre la caliza de la sierra de Gratal y con el que más vale no rozar. El boj y algo de pasto de altura complementan el manto vegetal.

Una inoportuna torcedura hizo que no pudiera completarlo la semana pasada pero, tras una sesión con un experto fisioterapeuta, siete días después estoy de nuevo en Árguis para llevarlo a cabo.

Son las 9:15h cuando inicio la marcha, el ánimo y las ganas me impulsan por la fresca sombra hacia el Peiró. Las empinadas rampas hacia el hayedo están secas, no hay rastro de la humedad que encontré la vez  anterior, con lo que asciendo mejor. 

Pico Peiró
Paso de largo el cartel indicador “collado de Sarramiana” y continúo hacia el collado y pico de Peiró. Todavía no hace demasiado calor y la panorámica desde la cima compensa el esfuerzo.

Últimos metros entre los erizones, camino de la cima del Peiró
A la vista, en la lejanía, los próximos objetivos: el hayedo, el collado de Sarramiana y tras ellos, la Peña de Gratal.

Desde la cima del Peiró, el collado de Sarramiana y detrás la Peña de Gratal
El otoño se ha adueñado del entorno, y una pluralidad de colores se agolpa y brilla bajo los rayos del sol mañanero mientras retorno al hayedo.

La fuerte subida hasta el collado de Sarramiana resulta menos dura contemplando cómo las hayas colorean el paisaje.

En el hayedo de Peiró

Al salir del bosque una pista marca el camino hacia el siguiente hito, la Peña de Gratal. 

Collado de Sarramiana; al fondo, la Peña de Gratal
Zona muy corredera, a pleno sol, en ligero descenso al principio hasta tomar el ramal hacia la izquierda abandonando el camino a Bolea, para llegar finalmente al pie de la Peña, cuyos últimos doscientos metros hasta la cumbre son, de nuevo, muy empinados (parece ser la seña de identidad de los montes de por aquí, de ahí su bella y altanera estampa).

Peña de Gratal
Cima muy concurrida habitualmente, que hoy lo está mucho más. Mirada atrás, hacia lo recorrido desde el Peiró, 

Desde la cima de la Peña de Gratal, al fondo sobresale el Peiró
y de lo que todavía queda siguiendo el cordal hasta las Calmas: Vértice de Gratal, Pico de San Julián, collado y …… la Calma Alta.

Desde la cima de la Peña de Gratal, el resto del cordal hasta la Calma Alta
Descenso rápido, nueva serie de sube y bajas hasta llegar al Vértice. En la vertiente Sur, las pendientes y cortados sobre las Gorgas de San Julián, por delante, la estrechísima trocha que se mantiene abierta en el mar de erizones que colonizan la zona, únicos arbustos capaces de soportar los fuertes y frecuentes vientos que barren estos altos. Tan sólo algún boj osa sobresalir al resguardo de la vertiente Norte.

Pico Peiró desde el Vértice de Gratal
La Calma Alta (izq) y el Pico de San Julián (dch), desde el Vértice de Gratal
A medida que me aproximo al Pico de San Julián aumenta la presencia de los bojes. El collado y la cumbre de las Calmas están desiertos. Bebo en la cima el último trago de agua que me queda, antes de iniciar el descenso hacia Árguis.

Desde la cima de la Calma Alta contemplo el cordal que acabo de recorrer desde la Peña de Gratal
En un principio sigo la pista que conduce a los pozos de Hielo de la vertiente Norte porque la carrera por ella, a la sombra de los pinos, resulta muy cómoda. Tras un par de kilómetros tomo el sendero que, barranco abajo, enlaza con la buena pista que conduce hasta Árguis.


Finalmente, tras 22km de recorrido, habiendo salvado un desnivel total de unos 1.400m de D+, llego al embalse de Árguis a las 15h, algo deshidratado y hambriento, con los sentidos confortados por los bellos paisajes que me han envuelto a lo largo de la jornada, y con el deseo cumplido de haber enlazado el rosario de cimas que componen la Sierra de Gratal: embalse de Árguis – Pico Peiró – collado Sarramiana – Peña de Gratal – Vértice de Gratal – Pico de San Julián – La Calma Alta -  embalse de Árguis.