domingo, 11 de septiembre de 2016

Parrizal de Beceite y Moletes d’Aranys. Circular por el río Matarraña.


El río Matarraña nace en la Reserva Natural de los  Puertos de Beceite en un lugar llamado el Parrizal. Espacio caracterizado por el profundo cañón excavado por el río, con abundantes roquedos y fuertes pendientes donde la vegetación crece libre y primitiva.

Eduardo y yo optamos por un itinerario en una zona con buen tiempo garantizado, y un recorrido variado: pozas y cruces sucesivos hasta llegar als Estrets que, si están con agua, resultan infranqueables a pie seco, obligando al chapuzón en las frías aguas, o a rodearlas por el Pas den Romeret, continuando después hasta la embocadura del Barranc d’Espada, ascendiéndolo para alcanzar la parte superior de Les Moletes d’Aranys, retornando por lo alto del cañón del Matarraña y descendiendo finalmente a pie de cauce.

Ruta circular realizada:

Aparcamiento del Parrizal – Cauce del Matarraña – Els Estrets (ida y vuelta) – Pas den Romeret – Pont de la Guimerana – Barranc d’Espada – Caseta de Maçana – Pla de la Creu – Moletes d’Arany – Fenellasa (Pla de la Mina) – Aparcamiento del Parrizal. En total unos 17km de longitud salvando un desnivel total en ascenso de algo más de 800m de D+.

Al comienzo vamos aguas arriba acompañando al río. Tras pasar unos túneles excavados en la roca llegamos al Pla de la Mina, lugar desde el que arranca un sendero señalizado hacia La Balanguera / Les Moletes d’Arany, que no tomamos y por el que retornaremos después. 

A continuación cruzamos el río para ir a ver las pinturas rupestres de Fenellasa, figuras humanas asociadas a caballos.

Un poco más adelante, de vuelta en el camino, pasamos junto a la Cova de la Dona y seguimos el río aguas arriba, contemplando las sucesivas pozas de aguas verdosas y cristalinas sobre cuya superficie se reflejan las soleadas partes altas del barranco.

 
Mientras nosotros eludimos el agua por pasarelas y troncos, “otros” caminan sobre ellas.

Paulatinamente el paisaje va transformándose, surgen los peñascos bajo los cuales siguen sucediéndose las badinas de agua transparente, y el paso va cerrándose.

 
 
La vegetación, variada y primitiva, contribuye a componer un entorno sereno, todavía no disturbado por las voces de los grupos que seguro vendrán más tarde.

 
 
Al final del sendero el río se acaba en una especie de anfiteatro, con un paredón húmedo a nuestra izquierda al pie del cual una visible indicación escrita en rojo marca el inicio del Pas den Romeret (desvío que cogeremos posteriormente), las aguas han desaparecido prácticamente, filtradas al subsuelo, y el cauce se encajona en Els Estrets, entre paredones de 60/100 metros de altura.  

 
Estamos a final de agosto y tan sólo quedan unas pozas de agua retenida en el fondo dels Estrets, por lo que decidimos atravesarlos en una rápida ida y vuelta, para después bordearlos en altura por el Pas den Romeret. Las paredes de ambos lados, en algunos tramos, se pueden tocar a la vez extendiendo los brazos.

Una vez traspasados els Estrets, y alcanzado al otro lado el punto en el que se confluye con el extremo final del Pas den Romeret, nos damos la vuelta, deshaciendo lo andado hasta el húmedo anfiteatro inicial, donde ahora ya se han congregado varios grupos de personas.

Enfilamos ladera arriba por el empinado sendero del Pas den Romeret alegrándonos de “escapar” del bullicio. A partir de aquí seguiremos las marcas en forma de estrellitas azules pintadas en las rocas (Travesa Estels del Sud).

Este Pas es en realidad una vía ferrata. En su comienzo la senda es de las que hacen sudar, y durante todo el recorrido discurre entre vegetación muy cerrada, ganando en verticalidad, pues no en vano bordea los estrechos por su parte alta.

 
 
El “patio” es considerable y el entorno de moles de roca muy atractivo y agreste.

Si bien las partes más expuestas de la senda están aseguradas (cables, grapas y cadenas), el vértigo es libre y potestad de cada cual.

En la parte final llegamos al paso más aéreo y largo, asegurado con grapas y una cadena. Dos tramos continuos de unos 20-30 metros, con un destrepe final, nos permiten alcanzar el nivel del río nuevamente.

Estamos en el punto en el que nos dimos la vuelta tras atravesar els Estrets por el fondo. Paisaje más abierto “aguas arriba”; las “estrellas azules” nos continúan guiando en un recorrido gimnástico a través de los bloques del cauce, mayoritariamente seco.

Alcanzamos una indicación hacia la dcha., en sentido subida, hacia la Font Ferrara, que no tomamos. Aquí dejamos de seguir las “estrellas” y continuamos por el cauce hasta encontrar el siguiente entronque, a mano izq., que se adentra en el Barranc d’Espada.

Va quedando cada vez más abajo el cañón mientras ascendemos por el largo sendero. Ejemplares de tejos, acebos, arces y cuesta arriba por el bosque de pinos y bojes que todo lo cubre, en prolongada pendiente hasta salir a las partes altas.

 
 
Fuera de la protección de los árboles, y tras la subida que llevamos, el sol hace que tan sólo echemos un vistazo a las ruinas de la Caseta de Maçana mientras continuamos la marcha. Nos pesan las piernas y buscamos la sombra del pinar que hay algo más arriba, para entroncar con el GR-8 (marcas roja y blanca) y posteriormente el PR-TE 153 (marcas amarilla y blanca), que nos llevará de vuelta al Pla de la Mina.

Llegamos primero junto al Povet d’en Borràs, singular pozo de agua, en desuso, desde donde nos encaminamos a la zona de les Moletes d’Arany por el PR. Agradecemos ir ya de vuelta, a la sombra y con la mayor parte de la subida terminada.

A lo largo del sendero vamos trepando y asomándonos a los sucesivos miradores, sumándonos a los que contemplan los frondosos barrancos que componen el vasto entramado de cañones de los Puertos de Beceite.

 
 
 
Siguiendo los mojones alcanzamos un espacio abierto a partir del cual se comienza a bajar ininterrumpidamente. El sendero desciende por un barranco amplio, con buenas vistas. Estamos cerrando el círculo que comenzamos por la mañana.
Casi de una tirada, serpenteando incesantemente, bajamos todo el nivel ascendido, entroncando finalmente con el cauce del Matarraña en el Pla de la Mina, desde donde ya nos cuesta poco llegar al coche, con la satisfacción de haber realizado una circular muy variada, en la que ha habido: vadeo repetido del río, pasos gimnásticos, ferrata, trochas aéreas y empinadas, vegetación agreste, y bonitos miradores, todo ello por la zona de los cañones de Los Puertos a la que seguramente volveremos.   

8 comentarios:

  1. Unos volveréis Carmar, y otros iremos por primera vez a estos espectaculares parajes. La zona de Beceite la tengo ya "fichada" hace tiempo, y esto no hace más que confirmar que tengo que ir. Tantas cosas por hacer, y tan corta la vida...En fin. Un abrazo montañero.

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    1. Corta o larga la vida es vida en tanto en cuanto hay cosas que nos interesan. Acabado el interés, terminada la vida. Es buena señal, pues, que nos falte el tiempo. Un abrazo.

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  2. Hola Carlos.

    Aunque nos falló el plan A, por la climatología, este plan B, no tiene nada que envidiarle, nos salió un gran recorrido, que madrugando un poco, nos permitió disfrutar de un extraordinario paraje, casi en solitario.

    Un saludo.

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    1. Hay veces que es necesario que "el titular" falle para que el hasta entonces "suplente" tenga la oportunidad de salir al escenario. Cuántos buenos suplentes hemos podido conocer "de chiripa". Paisaje natural, solitario en su gran mayoría y todavía tanto más por recorrer en él. Salud y Montaña.

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  3. Hola Carmar.

    Una vuelta espectacular, sin duda. Esta zona tiene poco que envidiar al Pirineo.
    A ver si vuelve el fresco y bajo para allí, que ya le tengo ganas...

    Gracias por compartirlo¡¡

    Fer.

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    1. Con el fresco se abre la veda del lugar, que en verano el calor es intenso por esos lares. Zona ideal para cuando el temporal en el Pirineo rechaza las visitas ya que, lejos de ser una alternativa de segundo orden, es una muy buena y amplia opción que conviene incluir en nuestros radares.
      Salud y Montaña, Fer.

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  4. Jo! con la de "trabajo" que tengo aquí al lado de casa y vosotros provocandome en el "extranjero". Interesante ruta mocé.

    ¡Salud!

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    1. El "trabajo" de casa no debe descuidarse, pero la ampliación ocasional de nuestro radio de acción da muchas satisfacciones. Siempre es conveniente y productivo relacionarse con otras "culturas" :-), es una buena forma de incrementar la propia.
      Salud y Montaña, Pirene.

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