domingo, 6 de mayo de 2018

Los cisnes del estanque.



He leído en algún sitio que la vida empezó en un charco caliente tras una lluvia de meteoritos.

La clave de los primeros pasos de la vida fue la aparición del ARN, un material genético compuesto por nucleótidos que se formó, según los autores, gracias a los ciclos de secado y humedecimiento en los estanques.

No suelo yo visitar muchos estanques, ni siquiera me habían llamado la atención con anterioridad, pero las circunstancias me han llevado a tener uno cerca, o más bien a ponerme al lado de uno, con cierta regularidad últimamente.

Lo examino con la sorpresa de quien no está habituado. Encuentro una atracción en rodearlo, no es demasiado grande, que me resulta extraña. Sus rincones y habitantes, forzosamente circunscritos al limitado enclave, presentan aspectos diferentes en función del punto desde el que los contemplo. Y todo ello me agrada. Me sorprende contemplar cómo estas criaturas siguen con sus vidas, ajenas a los que caminamos por el perímetro.

Los cisnes me llaman particularmente la atención; quizás porque no son las aves que habitualmente encuentro cuando me interno en la naturaleza.

A pesar de su espléndida figura sé que son cisnes vulgar​es, también llamados cisnes mudos o cisnes blancos.

En la pasada ocasión ya me quedé embelesado viendo el pausado y suave deslizar de la pareja sobre las aguas. Todavía era invierno entonces, y el día corto.

¿Qué comerán? Pensé durante aquel primer encuentro. Luego me enteré de que su alimento consiste en plantas acuáticas que obtienen del fondo del estanque, complementando su dieta con insectos, ranas, etc., no desaprovechando alguna que otra semilla cuando, en primavera, visitan campos sembrados de los alrededores. Y sí, hay unos cuantos en las proximidades.

Algo bajo la superficie del agua atrae su mirada
 
Y sin más dilación va a por ello
 
Tantas veces como sea necesario

Ahora ya es primavera, acaba de comenzar. Ha pasado poco más de un mes desde la ocasión anterior. El día ha alargado y en consecuencia tengo tiempo de visitar a la pareja antes de que se haga de noche. Mañana no podré hacerlo.

Circunvalo el estanque escudriñándolo. Los busco pero no los veo.

Los colores son vivos bajo la luz del sol poniente. Las hojas recién salidas lucen en los árboles.
 
Tilo con la flor ya apuntando
El entorno del estanque está espléndido.



Algo llama mi atención. El sol me deslumbra pero allí, junto a la orilla,  creo haber descubierto a la hembra que está,……, sí, posada sobre su gran nido hecho de hierbas y ramas.

Aplico el zoom y ya no hay duda.

Mientras centro mi atención en la escena, contento por ser testigo de ello, la garza y el pato se muestran indiferentes al cisne y a su incubación.

La hembra, sobre el gran nido, incubando los huevos
Trato de acercarme algo más para, sin importunarla, observar con más claridad. En ello estoy cuando por la derecha oigo algo parecido a un siseo o bufido que me suena agresivo. Detengo el avance, miro alrededor y descubro al macho que, desde la proximidad, me advierte de que estoy a punto de traspasar la línea de seguridad. Entiendo de qué va la cosa y me detengo.

El macho avisa con un bufido de que no soy bien recibido
Los cisnes pueden ser muy agresivos en la defensa de sus nidos. La mayoría de las maniobras defensivas comienzan con un fuerte silbido y, si esto no es suficiente para expulsar al intruso, son seguidas por un ataque físico utilizando las espuelas óseas de sus alas, acompañado de mordeduras con el pico.

Doy por satisfecha mi curiosidad y, sonriente por el inesperado encuentro, retorno lentamente sobre mis pasos, lo cual nos relaja a todos.

Si dentro de un mes  o mes y medio vuelvo por el lugar seguramente podré ver entonces a los pichones, celosamente cuidados por los dos padres. 

Mientras tanto el sol casi se ha puesto del todo. El estanque va quedando en sombra. Me retiro lentamente.
 
 

9 comentarios:

  1. Me resulta inhabitual esta posición tuya que, en tanto en cuanto refiero a su literatura y documentación, tiene algo de intimista, algo mística (de mito también) por ello, y transfiere más un paseo en y por tierras extrañas. No me suena el lugar o se me hace distante.
    Prudente es quién reconoce qué hacer según, también quién, silbe, advierta o sisee o bufa aunque sin ser sapo se los coma...Y es que muchos niños no reconocen a estos por omnívoros al tener la realidad tergiversada por la cursilería de sus padres que los enseñan en "idelaismos y mitos" cuando sí lo contrario no quiere decir mal enseñados. He ahí el error de tanta superchería...
    A veces una introspección apabullante como ésta viene muy bien para hacer un alto de entre tanta trocha y "moche"...Pienso que te estás haciendo mayor.... :)))´ ....Yo también jeje
    ¿Vulgares? Bueno, sólo es una connotación dialéctica que los define por ser numerosos más que los "cantores" y no por ello menos esbeltos o bellos. A veces, y eso dicen sociólogos y muchos otros, inclusos nosotros con sólo verlo empíricamente, que en lo vulgar hay el doble o se encuentra el cuádruple de belleza que en la principesca, realeza o nobleza. Y eso que ya caen ellos en tener en cuenta con quienes se casan para que las descendencias les salgan más o menos bien parecidas; pues en las apariencias es por dónde comienzan a otear encimalhombro...Qué cosas, meu; qué tan iguales a estos semos y qué diferentes
    Me quedo con la *garza, al menos tiene el *calor controlado :)))´y me identifico con ella, no por estar estirada, sí por estar a su aire...
    Salud y Libertad Pedricera, a pesar de tan trillada jeje; meu dilecto.

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  2. Has intuido acertadamente el estado de ánimo de quien esto escribió, apartado como estaba de la naturaleza primitiva y sin adornos que le motiva, habiendo de conformarse con la ventana próxima que la algo más urbanizada le brindaba en aquel momento, en un lugar retirado de Alemania. Y buenas son también estas incursiones, que al alma también llegan.

    Un abrazo, querido amigo y compañero.

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  3. Excelente entrada ornitológica, muy completa y bien relatada en primera persona, haciendo un gran trabajo de campo sobre el espectacular y soberbio cisne.
    Creo que, de seguir así, iras cogiendo el gustillo a la observación intensa de las aves en su propia salsa.
    Nada, unos prismáticos, guía de pájaros, cuaderno de apuntes y, montón de fotos.
    Ánimo...
    Un abrazo.

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    1. Creo, Javier, que cualquiera de los muchos que siguen tu blog de "La Naturaleza que nos queda" verá enseguida que yo, en esta entrada, he seguido los pasos del maestro.

      Agradezco sobremanera tu comentario, y desde luego que no cae en saco roto tu recomendación final.

      Un abrazo.

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    2. Cuidado que es un todo; coger la guía pajaril, los prismáticos y la cámara disparando en todas las direcciones y...Dios mío, no siento las piernas ni el dedo...
      Vas sobrado porque llevas dentro la naturaleza grabada y enraizada; la sientes como nadie.

      Otro abrazo.

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  4. Hola Carmar.

    Libro y agenda de apuntes alguien "menudo" te puede dejar, que buen uso le ha dado como regalo de cumpleaños, para que puedas seguir contándonos el ciclo de la vida de ese cisne "vulgar",

    Un saludo

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    1. Gracias Eduardo por la propuesta, pero dejémosle a él seguir dando cuenta de sus experiencias en su agenda, sin restricción alguna (habrá ya que ver cuánto tiene recogido), que ya me agenciaré yo otra para ir anotando.

      Espero ser testigo y narrar el siguiente paso, una vez que los pichones hayan salido de los huevos. Veremos cómo alborotan el estanque entonces.

      Un saludo

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  5. Gostei quando você diz "me interno en la naturaleza." Soa delicioso, porque uma casa adornada como a natureza não seria nada mal, né?
    Igualmente apreciei a pergunta espontânea, e por certo bem ingênua típica das crianças, "¿Qué comerán?" estes cisnes tão singelos que você fotografou... ahah... divertido passeio compartilhado à distância...
    Um beijo

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    1. Varias veces he pensado, Teca, lo agradable que sería disponer de una casa en la naturaleza, pero el destino me lleva más a ser un visitante ocasional de la "casa madre natural", y con ello me conformo.

      A lo mejor descubrimos algo más una vez que los pequeños cisnes salgan del cascarón. Ojalá estemos cerca para verlo y compartirlo.

      Un abrazo.

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