domingo, 3 de marzo de 2013

El Tubo Norte de Cabezas. Una perla del esquí de montaña en Guadarrama.

Tubo Norte de Cabezas. A la derecha, la Cabeza de Hierro Menor
La mañana muestra una montaña radiante, toda blanca y cubierta con un manto profundo e inmaculado. Tales espesores de nieve son poco frecuentes en Guadarrama ¿Qué vertiente estará mejor, la Sur o la Norte? Para contestar a esta pregunta hay que probar ambas y optar en función del resultado.
Vertiente Norte para comenzar. Salida desde el aparcamiento de Valdesquí (1.900m). A las 8:30h comienzo la marcha. Nieve polvo en la que me hundo hasta las rodillas. Me izo sobre los esquíes y todo recto hacia arriba, al Cerro de Valdemartín. Alguien ha hecho el esfuerzo de abrir la huella y no es caso, con esta nieve, de andar zigzagueando.
Voy a la sombra, en medio de una claridad cada vez mayor que va tiñendo de azul la blancura que rodea todo.


Peñalara recibe de pleno los rayos del sol.

Un grupo que me precede alcanza la cima de Valdemartín (2.270m).

La tentación de descender hasta el Ventisquero de la Condesa se hace irresistible cuando varios de los que están aquí inician la bajada. Observo su evolución y me lanzo yo también ¡Probemos un primer descenso franco por el Sur! Cuatrocientos metros para ajustar los parámetros a esta nieve polvo y profunda.    
Ahora, hacia arriba, hasta la Cabeza de Hierro Menor. Vértice donde confluyen unos cuantos de los mejores itinerarios de esquí de montaña de la sierra de Guadarrama. El paquete de nieve es considerable.

Los quinientos metros de desnivel hasta la cima se recorren bien, la pendiente es tendida. A medida que voy ascendiendo voy pensando que el sol va a poner esta vertiente “pesada”, y que seguramente el tubo Norte puede estar hoy en su punto.
En la concurrida cima de la Cabeza de Hierro Menor (2.365m) nos reunimos un grupo numeroso; a los que han subido andando, siguiendo el cordal desde Valdemartín, o llegan desde la vecina Cabeza de Hierro Mayor (los menos), nos unimos los que venimos con esquíes desde el Ventisquero. Y aquí es el escuchar los comentarios de cada uno. Mientras varios optan por descender hacia el bello ventisquero del Arroyo de la Sierra del Francés (uno de los más atractivos de la cara Sur), otros hablan de que quizá el tubo Norte esté hoy transitable. Una pareja inicia el descenso hacia el collado de Cabezas y se enfila hacia la confluencia de los dos tubos que surcan la vertiente Norte de Cabezas, el Noroeste y el Norte propiamente dicho. Desde la cima no se alcanza a ver por cual de ellos optan. Es profunda la huella que van dejando en la nieve.
Los demás siguen “repostando” en esta cumbre, así que ahora me toca a mí.
Aunque pueda parecer lo contrario en virtud del terreno por el que estoy esquiando, cuando abandono la poblada cima de la Cabeza de Hierro Menor, y voy sorteando los montículos de hielo que tachonan la abrupta salida y llegada hasta el collado, sí que llevo presente a quien me recomienda siempre prudencia.
Alcanzo la zona que precede la entrada del tubo Norte. Nieve polvo con alguna que otra previsible placa de hielo que aflora de vez en cuando. Todavía puedo decidir si salgo hacia el más moderado tubo Noroeste o bien me decido por el exigente tubo Norte; en cualquiera de los dos casos, una bella esquiada de unos 400m. Van quedando pocos giros para optar. Veo a un grupo de cinco personas que, a pie, están ascendiendo los últimos metros de la empinada pendiente del Norte, y actúan como un imán sobre mí.

Me decido y voy por donde ellos han venido; enseguida quedan más arriba, busco y no encuentro traza alguna de quien me haya podido preceder, estoy abriendo huella y desciendo concentrado, la inclinación es bastante fuerte. El entorno está amortiguado, no hay ruido, tan sólo rumor y polvo de nieve levantada; la pronunciada pendiente facilita el descenso en tres dimensiones que requiere esta nieve profunda. Los giros se encadenan casi solos, las tablas apenas se ven, son las espátulas las que sobresalen, las espinillas apoyadas sobre las lengüetas, las rodillas muy flexionadas y hacia delante, el busto ligeramente inclinado, también hacia delante, y los brazos en posición avanzada. Viviendo cautelosa y conscientemente este regalo de la Naturaleza.
Se me está haciendo corto. Por delante el último lomo de fuerte inclinación, abajo el comienzo del bosque ¡Va por ti compañero Manuel que no pudiste venir! así que apuro la esquiada al máximo; sigue la nieve virgen y sin rastro hasta los mismos árboles.

La pendiente toca a su fin, el bosque espera, al fondo Peñalara.
Por medio del bosque continúo esquiando y flanqueando en dirección a las Cerradillas.
Voy esquivando las ramas cargadas de nieve. Huella profunda, tanto la que dejo yo como la que estos entornos imprimen en mi mente.


Pongo de nuevo las focas y poco a poco llego a la linde del bosque, para encarar el escondido valle de las Cerradillas.

El día, que comenzó calmo y sereno, ha ido evolucionando, y el aire del Sur revuelve la nieve de las cimas que unas horas antes estaban serenas.
Al fondo a la izquierda, la  Cabeza de Hierro Mayor, a su derecha, la Menor, entre ambas, el tubo Noroeste. Al pie, el valle de las Cerradillas.
Alcanzo el collado que limita el valle de las Cerradillas con la estación de Valdesquí. La llegada del telesilla deposita esquiadores continuamente. Lanzo una mirada hacia atrás, grabo una vez más en la mente la imagen del entorno por el que hoy he transitado y bajo por las pistas hasta el coche, al que llego a la 1:30pm.
Un itinerario con tan sólo 1.200m de D+ con una calidad y cantidad de nieve que muy ocasionalmente se tiene la suerte de encontrar en Guadarrama.

¡Que siga haciendo frío y que, a poder ser, venga otra borrasca más, para que esto tarde como mínimo un mes en desaparecer!

6 comentarios:

  1. No sé si sana, pero desde luego que es envidia. Has conseguido describir con palabras las singulares sensaciones de estar "inmerso" en una bajada con nieve polvo. Como los buenos placeres de la vida, efímeros, y mejor sentirlos en propia persona a que te los cuenten. Que dure pues el blanco elemento!

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    1. Inmerso sí, así se está en la nieve polvo. Vale más ir con la boca cerrada, porque si no, un poco acabas tragando. Placer, adrenalina, algo de sorpresa cuando percibes cómo fluye el entorno a tú alrededor, como ajeno a ti, y acabas con una sonrisa involuntaria, bajo los árboles, sintiéndolo todo. Que dure pues el blanco elemento, al menos hasta que vayamos a su encuentro en cotas más altas, allá por el Norte.

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  2. La sierra de Guadarrama esconde lineas elegantes, recorridos atrevidos, entornos evocadores, retos, emociones... Todo esto se unen en ese tubo norte, al que tienes querencia, y que te embruja y empuja. Transmites el disfrute vivido y una lectura del manto nival precisa. Gracias por evocarme y compartir la belleza.

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    1. Querencia y respeto le tengo al tubo Norte, que ambas cosas se merece. Y placer de poderlo transmitir a quien comprende y comparte lo que la montaña es capaz de dar. Tan sólo hay que acercarse a recogerlo. Salud y Montaña.

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  3. Y yotirado en el sofá a base de Aspirinas... Por lo menos lo has disfrutado tu, ¡y de que manera! Me alegro mucho.
    Saludos y mucha montaña, Luis

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    1. Vaya Luís, si que siento lo de tu postración. Me reconforta pensar que algo de naturaleza y aire puro haya podido aportar con este relato y con las fotos de un día espectacular. Salud(os) y Montaña, Luís, y a mejorarte, que ahora ya van a ir viniendo días buenos. Espero.

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