martes, 20 de enero de 2015

Sierra de Algairén. Bellos montes que no ansían ser montañas.

Panorama desde el Cerro del Espino
<<Alejado de la urbe que queda en la llanura, desde el Cerro del Espino paseo la mirada por el horizonte. Trato de contar los distintos planos que la vista alcanza, su belleza me confunde, sus contornos se difuminan, yerro la cuenta y torno a empezar. Vuelvo a perder el hilo, pero no me importa, y no cuento más. Me dejo transportar por el paisaje en esta mañana fría, envuelto en una gran paz>>

Muchos años hace que Felipe, nacido en Aguarón, decía que, sin ser el Pirineo, el monte de Aguarón era muy bonito y adecuado para buenas excursiones. Él ya lo conocía bien, en cambio yo he tardado unos cuantos lustros en venir a verlo, correr por sus sendas, internarme en sus bosques de carrascas, robles y pinos, tomillos y jaras en las zonas soleadas, acebos y ruscos en las umbrías, y en lo alto, re-corriendo la cresta de la Sierra, los paisajes de un entorno montañoso que apenas se intuye desde la planicie. Desniveles de unos 500m que invitan a bajar a los valles de la otra vertiente ¿Qué más da que luego haya que volver a subir? Y con esta premisa, subes, bajas, transitas por bosque de solana y umbría, mientras los sentidos se van llenando de naturaleza.

La altitud media de la Sierra de Algairén, largo pliegue que separa Aguarón de Alpartir, está en torno a los 1.000m, con picos relevantes como el de Valdemadera (1.275m), el Mirador de la Falaguera (1.177m) y el Cerro del Espino (1.188m).

Punto de partida y de llegada del itinerario de hoy: fuente del Raso de la Cruz

Circuito: ascender por el barranco de Valdecerezo, coronar los picos de Valdemadera, Mirador de la Falaguera y Cerro del Espino, descender hacia el Valle del Amor (¿cómo resistirse?) desde el collado del Tío Francisco, volver a subir al collado y ya descender definitivamente hacia el punto de partida por la senda, luego pista, que lleva a Cosuenda.

Cartografía utilizada: un boceto a mano alzada dibujado por mi hermano, gracias al cual, y a sus explicaciones, anduve orientado durante la mayor parte del recorrido.

Es fría la mañana, y la pista que conduce al Raso de la Cruz está blanqueada por la escarcha, con los charcos congelados. Solitario lugar el Raso en el día de hoy; bien distinto deben de ser los fines de semana de primavera y verano. Miro los abundantes carteles indicadores que hay mostrando las distintas sendas que, partiendo de este sitio, llevan a lo alto de la Sierra. Tomo el que marca “Collado de Valdecerezo y La Nevera”.

El camino se embosca pronto. Robles con sus caídas hojas alfombrando el terreno, 

yedras arropando los desnudos troncos, algún que otro acebo,


luminosas bayas de rusco atrapadas en el medio de falsas hojas y una pendiente por la que se trota bien. 

Ruscus aculeatus
La humedad ambiente cubre de vaho los cristales de las gafas mientras voy alcanzando el collado.A la derecha del mismo se encuentra la cima del Pico de Valdemadera, el más elevado de la zona y repleto de antenas y repetidores, al cual se llega siguiendo la trocha que discurre paralela a los postes del tendido eléctrico. Abandono la frescura del bosque para transitar junto a la frialdad de las cercanas pilonas.

A la drcha, el collado de Valdemadera; en primer plano, pilonas que ascienden hasta el Pico de Valdemadera
Junto a los repetidores instalados en lo más alto del Pico observo el siguiente objetivo, el Mirador de la Falaguera.

Mirador de la Falaguera (con su pista de hormigón), desde el P. de Valdemadera
Un resbalón sobre la pátina helada que cubre una de las piedras, nada más empezar el descenso, hace que corra con prudencia, especialmente en las zonas umbrías. El frío es intenso, pero hay suerte porque no se mueve el aire.

La larga pista de hormigón que cubre los últimos cuatrocientos metros hasta la caseta colocada en la parte más alta del Mirador de la Falaguera es muy empinada, así que, para no detener el trote, los hago en zigzag. 

Vuelvo a descender y me dirijo al último punto elevado del circuito, el Cerro del Espino. 

Jaras, poco aromáticas ahora en invierno,

Al fondo, el Cerro del Espino
y luego pinos, 

paso junto a un Belén que, según reza el cartel, han montado los de Cosuenda en una zona de carrascas bien al propósito, 

Belén de Cosuenda
y tras empinada y larga pendiente (está más lejos de lo que parece desde el collado) llego a la cima. Excelente mirador el Cerro del Espino y bello panorama el que se contempla. A lo lejos, los planos sucesivos de sierras lejanas que me dejan ensimismado temporalmente. 

En la proximidad, el arqueado lomo recorrido hasta aquí desde el Pico de Valdemadera, en medio, el Mirador de la Falaguera.

Desde la cima del Cerro del Espino, enfrente, los repetidores del P. de Valdemadera, a su drcha., el Mirador de la Falaguera.
Noto frío, y aún me queda visitar el Valle del Amor. Retorno a la carrera hasta el Collado del Tío Francisco (1.050m), en la divisoria entre la vertiente de Aguarón y la de Alpartir. 

Desciendo unos 300m de desnivel por el denso robledal que cubre el Valle del Amor. Las hojas, los líquenes y la luz del sol filtrándose entre los árboles se alían para ofrecer unas imágenes cautivadoras. Para nada me importa bajar y volver a subir por el mismo camino.




De vuelta en el Collado del Tío Francisco, y siguiendo la indicación del cartel, inicio, ahora sí, el retorno hacia el Raso de la Cruz, al principio por alfombrada senda entre los pinos, hasta salir a la pista que lleva a Cosuenda, alcanzando finalmente el Raso donde sigue sin haber nadie.

El Raso de la Cruz
En total, un circuito de 15km, salvando un desnivel total de 1.100m de D+, por un entorno boscoso muy atractivo y cuyos sube y bajas entonan de lo lindo. Habrá que recorrerlo también en primavera y otoño, para deleitarse con toda la paleta de colores que ofrecerá.

Agradecimientos:
  • ·A Felipe, que puso la semilla en mi cabeza mucho tiempo ha. No cayó en barbecho.
  • ·A Manumar, por su claro boceto e indicaciones, que bien útiles fueron.
  • ·A mi memoria que, independientemente de mí, asimiló lo primero y fue administrando lo segundo, permitiéndome ambas influencias descubrir un nuevo y atractivo entorno en las proximidades de Zaragoza.

11 comentarios:

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  2. Esa fotografía es fantástica en las que sus diferentes y distantes cerros de baja altura dan profundidad a la imagen. Conseguir reflejar esos lugares no resulta sencillo pues antes está el esfuerzo de recorrerlos.
    Si llevaras una cámara mayor, seguramente ésa aún tendría más detalles. Pero aún y así, con ésa tan manejable para las trochas, la foto vale mil enteros; las dos y, por supuesto, las demás que siempre caracterizan esos detalles que tienes para realizar como un documental de tus carreras e itinerarios.
    Horizontes nueve veo
    si contando alguno más sumara
    es que mi vista se perdía, no por la cuenta,
    sí por embobado.

    Salud y Montaña. Car.

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    1. A mí también me dejó un rato ensimismado (o enmimismado) el panorama. Si otra cámara mayor llevara no sé yo si recorrería tanto, que el peso es el peso. Salud y Montaña, Deicar.

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  3. Qué bonitos rincones guardan esos montes, el Raso de la Cruz podría servir para rodar una del Oeste. Interesante excursión por una región próxima al pueblo de mi madre: Villarreal de Huerva, que se sitúa próximo al San Bartolomé de 1309 mts. Cuando corres por esos montes en verano la suela de las zapatillas se impregna con la resigna de las jaras, que conservan el aroma durante semanas... ¡¡Salud y Montaña tocayo!!

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  4. Prados, cerros y montes; carrascas, jaras y pinos; imágenes y aromas de la niñez y de nuestros padres que redescubrimos ahora mientras corremos con una sonrisa en los labios, bien atentos, eso sí, para evitar las raíces y ramas que acechan prestas a engancharse en nuestras zapatillas. Me alegro de haber estado cerca de tus orígenes. La próxima vez visitaré Villarreal y desde allí subiré al San Bartolomé y quizá a alguna más, ya que estamos. Un abrazo y Salud y Montaña, Carlos.

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    1. Así mismo. Gracias por tu visita. Un saludo a la gente de Segovia.

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  6. Hola, mirando el blog de Fer he visto un enlace de tu blog, y he entrado a alparcear. Yo hasta este invierno, no conocía ni las Sierra de Vicor, ni la de Algairen, y ambas me han gustado muchísimo, y en especial esta de Algairen, donde subimos al Pico Valdemadera y al Mirador de la Falaguera, desde el Raso de la Cruz.

    El sendero tanto de subida, como de bajada es espectacular, aunque veo que para subir a Valdemadera, no subisteis por el tramo final donde está la nevera de Cosuenda, ¿puede ser que cogisteis un desvío que hay un poco antes?.

    Tomo nota de está variante, y el próximo otoño hacerla para disfrutar de está magnífica sierra. Un saludo

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    1. Hola Eduardo, gracias por tu visita al blog, que ojalá no sea la última. Como bien has intuido, para subir a Valdemadera NO subimos por la nevera, SÍ cogimos el desvío hacia la izquierda que hay un poco antes. En tal desvío existe un poste indicador: hacia la dcha (Oeste) se va a la nevera; hacia la izq (Este) se va al collado de Valdecerezo o Valdemadera, que es por donde subí yo. En una próxima entrada que haré de la zona (hacia mediados de abril) recogeré la integral de la sierra de Algairén, que espero que te agrade y te dé alguna idea para futuras salidas por la zona. Salud y Montaña, Eduardo

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  7. Muy buena entrada y bellas fotografías. Bonita zona que he "pateado" muchas veces, alguna junto a tu hermano. Un saludo.

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  8. Por mi hermano ya sabía de vuestras correrías conjuntas, así como de las tuyas por Horcajuelo y alrededores ;)
    Zona bonita realmente, a evitar en verano, según cuentan los expertos del lugar, por la cantidad de pequeñas moscas que cual nube acompañan a quien por allí se aventura.
    Gracias por la visita y el comentario. Salud y Montaña, Toño

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